viernes, 3 de abril de 2015

La Manteca.

                   Cuanto mas mayor, mejor. Es +24 o es un nene. Y la experiencia le gana al deseo. 

 Eso es lo que creo.  Que si es menor o parda no gana y que con un envido de 33 ganamos cualquier mano. Que no hace falta cantar  Flor para llamar la atención sin unos dulces 25 ganan fácil a las dos figuras. Que 'las viejas' le pasan el trapo a  la gallina. Siempre ganan. Se terminan en la edad de cristo, pero no es motivo para desalentar las mas altas. Chances de una trampa siempre hay. Y si contamos las tres cartas, sin figuras, llegamos a los 40 y hasta ahi es donde podemos manejarla. Si mas altas hubieran, seria bueno investigarlas, si existiera esa legalidad, esa claridad de números increíbles, porque doblarla es demasiado... O muy poco. Si de encantamientos se trata nunca es demasiado, pero siempre es poco.  Sueño de muchos, deseo de pocos, fantasía mía sin duda alguna. 
    Basicamente podemos decir que en esta partida de 3 es 1 el que esta tratando de ganarle a los dos, al mismo tiempo. Sabiendo como juega uno y sin conocer al otro, intentamos que ESE sea el que juegue con nosotros... Con migo. Que juegue conmigo. Y que sea el otro jugador el que queda dejado a un lado, con su envido de 26 que no fue cantado, mis dos figuras y sus 33 inventados. Quiero que ese oponente, esa pareja quede disuelta y que sea un juego de dos. Las dos figuras con esos ''33'', jugando ambos como una guerra  de números que no termina hasta que alguno canta truco. Y ahi si. Un retruco, quiero vale 4. JA! Y el vale 4 te lo canto yo tenga o no algo,  las dos figuras y un 4. Y vos un 7 de espadas, un 6 y un 3 que le gana a cualquier mano de cuarta con cualquier sub 24. 
 Y termina el juego con las cartas en la mesa. Se deja en evidencia los valores de cada quien. Un poco avergonzadas tal vez ambas manos, pero es imposible no comparar esos ''33'' con esos 20. una mano ganada en la guerra. Siempre contando con que el tercer jugador se vio forzado a abandonar. Seguro por cuestiones ajenas al juego, sabiendo que esos ''33'' volverían a rastras con esos 26 en mesa jamas cantados. Dejando nuevamente a las dos figuras escondidas entre el resto del manojo de cartas. Siempre sin importancia. Nadie canta un envido teniendo 20, sabiendo que el otro tiene 33, flor o cualquier cosa mejor que la misa. 

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